lunes, 1 de agosto de 2016

Happyland. Parte 3




ACTO III
Cuando se abre el telón, una pared llena de cuadros aparece ante la vista del espectador, simulando una habitación antigua y oscura, con el único brillo de las obras de arte, que parecen tener vida. Hay una ventana que da al exterior, donde podemos observar que ya ni se oyen truenos ni se aprecian las pequeñas gotas de lluvia que azotan la superficie terrestre: la lluvia parece amainar, pero lo hace de una forma tranquila y sigilosa. Abajo todavía se oyen los gritos de la celebración. Arriba, un silencio eterno acompaña el mirar repetitivo de las figuras de los cuadros.

ESCENA I
(Entran Jack y Giselle, de la mano)
JACK: Por aquí. Quería enseñarte algo muy especial para mí.
GISELLE: (Asombrada) ¡Oh, Dios mío! ¡Qué bellos esos cuadros que adornan las paredes? ¿Eres pintor o algo por el estilo?
JACK: Soy poeta. Pero me produce tanto honor que me digas que soy pintor que se me llena el corazón de alegría y orgullo. Al final, todos los artistas somos uno: todos tenemos algo en común, y es que amamos el arte más que nuestra vida.
GISELLE: (Camina por la habitación) ¿Más que el amor, Jack?
JACK: (Ríe) Eso no tiene sentido, jovencita. ¿Sabes por qué?
(Giselle mira a Jack con curiosidad)
JACK: (Acercándose a la ventana y cerrando los ojos) Porque el arte es amor. Y el amor es arte.
GISELLE: El significado de arte puede abarcar muchos aspectos...
JACK: En realidad, todo. Así como el arte es amor, también es vida y muerte. Es todo lo que nos rodea y nos protege. Y todo lo que sale de nuestro corazón. Por ejemplo, este maquillaje de bufón triste que me he puesto para hoy es arte porque expresa la rabia que siente mi corazón. Y el arte que hay en estos cuadros son trozos del alma del autor. Algunos pintarán tormentas, ya que son demasiados fieros y orgullosos para dejarse domar; otros pintarán días soleados, y valles y praderas con señoras yendo de acampada. Otros, preferirán pintar calaveras en honor a la muerte y otros princesas en honor al amor de su vida. ¿Ves, Giselle? Todo sale de nuestro interior. Y lo manifestamos en forma de arte. Al fin y al cabo, tanto autor como obra es uno. Porque los dos muestran sentimientos. ¿Lo comprendes ahora?
GISELLE: ¿Y por qué siente rabia tu corazón?
(Silencio)
GISELLE: No tienes por qué contestar. Es normal. Solo soy una intrusa que se aprovechó de buena gente en una noche de tormenta. Y encima no me acuerdo ni a donde pertenezco.
JACK: A veces te envidio, Giselle. ¿Sabes por qué?
GISELLE: Ilústrame.
JACK: Tú por lo menos no te acuerdas de tu pasado. Es algo que yo no puedo soportar, el acordarme día tras día, martirio tras martirio...El pasado es algo tan terrible que te atormenta a todas horas del día.
GISELLE: Pero también es algo tan frágil que puedes romperlo tras superarlo.
JACK: Tú no te acuerdas donde naciste, ni donde viviste. Ni quien es tu padre o madre. Ni que hiciste antes de dormir en el bosque. Yo, en cambio, cargo en mis hombres el peso de un infierno eterno. Y esa es mi gran sentencia, Giselle. El recuerdo. El motivo por el cual me retuerzo de dolor y agonía en mi cama cada vez que me acuesto.
GISELLE: ¿Por qué tanto dolor, Jack? ¿Qué te hicieron?
JACK: Líbera está en manos de un ser terrible, Giselle. Un dictador al que todos llaman Dexter. Él se encarga de lavar los cerebros de los habitantes de la ciudad y manipularlos a su conveniencia. Persigue a los inocentes y castiga a los rebeldes. Por eso yo y mis amigos nos refugiamos aquí, en esta mansión conocida. Para planear nuestra venganza y derrotar algún día al mal que Dexter y sus secuaces nos tiene apresados. Él destruye el arte.
GISELLE: ¿Y por qué te atormenta tu pasado?
JACK: Cada noche me acuerdo de lo que Dexter le hizo a mi padre. Un día, muy temprano, los gritos desesperados de mi madre me despertaron. Había recibido una llamada urgente de la oficina de mi padre. No había acudido al trabajo. Agobiado, intenté buscar una respuesta a ese comportamiento tan extraño en él, pero solo la encontré días después. Él y un grupo de sus más fieles amigos habían sido detenidos, torturados y ejecutados por conspirar contra las aberraciones de Dexter. ¿Ejecutados? ¿Dictador? Mejor cambiar esas palabras por 'asesinado' y 'asesino'.
GISELLE: (Sorprendida) Dios, lo siento...Jack...
JACK: Mi madre no tardó en caer. Salió a la calle como una guerrera y empezó a dar voces para que los vecinos salieran de sus casas. Días antes les había dicho a unos tíos míos que cuidaran de mí si le pasara algo. Pero ella sabía perfectamente su destino. Gritó con todas sus fuerzas el vil acto que habían cometido los asesinos del Gobierno. Y fue entonces cuando la detuvieron, ejecutándola directamente, y sin derecho a despedirse de mí. Y Giselle...todos los días revivo todo lo que pasó a través de mi recuerdo...Desde entonces, juré venganza, Giselle. Pero no voy a pelear como un inútil. Las armas son siempre para los débiles. Hay que luchar utilizando nuestro arte, nuestro corazón. Y así nunca perderemos la guerra.
GISELLE: Sé que ahora puedo parecer una estúpida, pero yo te apoyaré.
JACK: (Mirando a la pared) Hacía tiempo que no veía estas obras de arte. Mi bisabuelo y yo teníamos un gusto muy parecido en cuanto a pintura. (Señala un cuadro cercano) Mira ese, Giselle. Lleva por título Mañana de Pascua, del famoso pintor alemán Friedrich. Mucho simbolismo puedes encontrar: el amanecer y la Luna, claros hermanos de la muerte que dan paso al nuevo día. Y el paisaje casi primaveral, que esconde el misterioso símbolo de la Resurrección. Y este otro, El caminante sobre el mar de nubes, también del mismo autor, que representa esas montañas lejanas que simbolizan la vida eterna, que todos alguna vez hemos deseado.
GISELLE: ¿La vida eterna? ¿Por qué le gustaba tanto la religión a tu bisabuelo?
JACK: Bueno, él era muy creyente. Yo prefiero argumentar que Dios no existe, o al menos no quiere que sepamos que existe, y que la religión es una metáfora.
(Silencio)
GISELLE: ¿Y aquél cuadro de allí?
JACK: Pertenece a Gustave Moreau, y se llama Orfeo. Otro ejemplo más del poder que tenéis las mujeres.
GISELLE: He de decirte algo, ahora que lo sé. Ojalá algún día, cuando luchemos contra esos monstruos, tenga el valor de salir a la calle como tu madre hizo en su día. Y gritar a los cuatro vientos las intenciones del Gobierno para proteger a los nuestros.
JACK: Desde la primera vez que te vi supe que podrías ser una bellísima amazona (Ríe)
(Giselle se acerca a Jack y este levanta la mirada. Sus ojos se cruzan)
GISELLE: Dijiste que el amor es arte.
JACK: Y así es.
GISELLE: Entonces, manifestarlo también debe serlo.
(Se besan suavemente)
JACK: No sé por qué. Pero sé que solo tú me puedes salvar de todo lo que llevo dentro, Giselle. Hoy, ahora, sabes mi secreto. El secreto que me reta cada día a mi propia destrucción.
GISELLE: (Distraída) Abajo todavía se oyen voces. Estarán bailando y cantando aún.
(Entran Alexander y Jimmy de golpe)
JIMMY: ¡Jack! ¡Jack! ¡La guardia ha irrumpido en el salón de la mansión! ¡Nos va a matar a todos! ¡Ya ni mi bocina me va a servir! (Vuelve a su mundo) ¡Oh, Dios! ¡Seré carne de dictador! ¡Almuerzo de hienas retrógradas! ¡Y ahora es cuando este inútil payaso prefiere caerse desde un rascacielos a ser ejecutado en una mugrienta y antigua máquina de matar! Dios, dios, ¡tenemos que hacer algo antes de que todos digamos 'hola, qué tal' al señor de rabo y cuernos!
ALEXANDER: ¡Ya lo decía yo! ¡Vamos a morir todos!
JACK: Calma, calma. Bajaremos enseguida y controlaremos la situación.
GISELLE: No podrán con nosotros. ¡Somos uno!
JIMMY: ¡Así se habla, señorita! (Vuelve a su mundo) ¡Ay, mamá, qué miedo!
JACK: Bajemos, bajemos.

ESCENA II
(Irrumpen Jack, Jimmy, Alexander y Giselle en el gran salón. Un paisaje de lisiados y heridos se abre ante sus ojos. Se oye el galope de los soldados afuera. Dos guardias, uno de ellos muy corpulento y mayor, intentan sacar de la mansión a Cygnus, que se resiste con todas sus fuerzas. A pesar de todo su empeño, desiste)
ORFEO: ¡Mi pincel solo podrá pintar la tragedia que acabamos de vivir hoy! ¡Válgame el cielo!
ANASTASIA: ¡Ese maldito de Zander se ha llevado a Cygnus!
JACK: ¿Pero qué ha pasado?
ORFEO: (Dolorido) Un grupo de soldados entró de repente en el salón. De nada sirvió la protección que pusimos en la puerta. Acabaron con todo y con todos los miembros de nuestro cuerpo. Tenían la orden de llevarse a Cygnus por traición al Gobierno de Líbera. ¡Teníamos que haber ido más protegidos a por provisiones! Y nos dijeron, después de casi matarnos, que nosotros éramos los siguientes.
ANASTASIA: ¡Ay, de mí! ¡Mis glúteos!
JIMMY: ¿Qué hacemos, Jack? ¡Esto no puede seguir así!
JACK: ¡Atención todos! Mañana, a primera hora, iremos a la plaza de Líbera. Allí nos manifestaremos en contra del sistema dictatorial. Solo os digo que confiéis en mí, os lo ruego. Vuestras penas quedarán vengadas.
ALEXANDER: ¿Cómo puedes estar tan seguro?
JACK: Mi seguro está aquí delante. ¡Y sois tan necios que no lo veis!
(Asombro general)
JACK: Ahora me retiro a mi habitación. Mañana a las siete nos pondremos en camino. Y os juro por mis padres, que ya no están en este mundo, que derrotaremos a esos ruines que una vez nos hicieron morir de tristeza. ¡Paz!
(Se va)
ALEXANDER: ¿Confiar o no confiar? Esa es la cuestión...


SIGUIENTE PARTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario